VIDEO DOCUMENTALES SOBRE LA MATANZA DEL 2 DE OCTUBRE DE 1968

fotos y textos del 68

"Escuché gritos a mi espalda, levanté la vista que tenía fija en la plaza y vi que todos los ocupantes del piso habían sido puestos de cara a la pared en que se encuentran las puertas de los elevadores. Metralleta en mano unos individuos rompían a jalones los alambres de motor que usábamos para el aparato de sonido. ¡contra la pared hijos de la chingada! ¡Ahorita les vamos a dar su Revolución! Luis González de Alba, Los días y los años
"Se aprecia una herida producida por arma de fuego, de perfil expansivo sobre la región occipital de la cabeza. Por debajo de la oreja derecha. Destroza todo lo que tiene alrededor. No tiene signos de que hubiese sido un tiro de gracia. No hay quemaduras, no hay tatuajes. Parece un militar"

"En el cadáver de mujer que está enmedio es muy clara una herida por proyectil expansivo en la cabeza. Deforma el rostro completamente. Este el tipo de personas y de lesiones que se produjeron ese día en Tlatelolco." 10 de febrero




"Lo único que se puede apreciar es sangrado por boca y nariz. Trae un vendaje. Está sobre una camilla del tipo que se usa en las ambulancias. A lo mejor trataron de hacerle un vendaje para tapar una herida que se puede presumir era muy grande en la cabeza antes de que muriera. Era imposible hacer algo para que lograra sobrevivir."



Jesús Díaz Contreras es uno de los 3 fotógrafos que cubrieron el mitin en la plaza de las Tres Culturas. A pesar de que lo despojaron de su material conserva algunas imágenes del hecho, como las del momento en que la periodista italiana Oriana Fallaci y el estudiante Manuel Gómez se protegen del tiroteo.




"Se registra una contusión en el hombro izquierdo. En el centro tiene lo que parece ser un orificio de arma de fuego penetrando a tórax. Sería una herida de lado y hecha a distancia. El cuerpo, una vez que la persona fallece, pierde todo tono muscular. Cuando la muerte es muy dramática, el rostro lo refleja. Sin duda, se refleja el sufrimiento."




"Oíamos el obstinado tableteo de una ametralladora y empezó una auténtica guerra de nervios; una señora se desmayó, la dueña de la casa, descontrolada, la desesperación de los compañeros de no poder defenderse, de no tener algo con qué contestar, y muchos cuates, que yo creía bastante recios, comenzaron a llorar". Daniel esparza Lepe, de la Esime del IPN en La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska.




"Este cuerpo -explica- pareciera tener una herida corto-contundente en la frente. Y de los otros dos, lo que se aprecia es sangrados en la cabeza y en el fondo. Golpe con bayoneta. Son jóvenes de unos 17 años..."



"Se aprecia una herida corto-contundente en la parte inferior del tórax y del lado izquierdo. Las mismas características: fueron causadas por bayonetas y dirigidas al corazón. La fuerza del choque puede hacer que atraviese el cuerpo"




"No se aprecian lesiones, quizá porque está vestida, pero se ve un escurrimiento de sangre en las piernas. Probablemente -enfatizan los forenses- tenga una herida en el abdomen. La ropa es oscura, cubre mucho la sangre, pero puede decirse que tiene heridas en el tórax y abdomen. Por la línea del escurrimiento de la rodilla hacia abajo, se ve que todavía estuvo de pie... a lo mejor caminó un poco..."




"Se observa el cadáver de un muchacho jóven de pantalón blanco, con los brazos extendidos... Lo que llama la atención es una herida por un instrumento corto-contundente en el cráneo. Lo más seguro es que sea una bayoneta... Es un traumatismo brutal. Para hacer este tipo de lesiones tiene que estar apoyada la cabeza en el piso. Se podría decir que estaban tirados en el piso y luego vino el golpe de la bayoneta en el cráneo"




"Pareciera, pero no se ve, que tuviera una herida sobre el costado izquierdo y una escoriación muy fuerte en la frente. Es la primera foto en lo que aparece lo que pudiera ser personal médico, tratando de dar alguna ayuda. O quizá son médicos legistas que están en la delegación. Seguramente, le están quitando la ropa para identificarlo"




"Lo que llama la atención son heridas de bayoneta. Parte del cráneo está destrozada..."





David Vega Beccerra, orador en el mítin del 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas, toma dos fotos y subraya: "¡Esto es una muestra clara de genocidio! ¡Aquí está la crueldad, la bestialidad con que fuimos tratados! Nosotros somos afortunados; sobrevivimos". Al fondo, Salvador Martínez della Roca revisa otras fotografías

cronicas del 68


El orden preciso de los sucesos, así como la veracidad de los mismos, ha generado una duda que no se ha podido responder a ciencia cierta. De alguna manera, la visión encontrada ha permitido ir conformando el rompecabezas de lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, durante la tarde en que ocurrió la tragedia. Las crónicas publicadas en los periódicos nacionales, un día después del suceso, también difirieron en tendencias e incluso en datos sobre los heridos y muertos. No se ha podido establecer el número concreto, ni cuáles fueron los verdaderos hechos.


Se luchó a balazos en ciudad Tlatelolco Hay un número aún no precisado de muertos y veintenas de heridos (Publicado el 3 de octubre de 1968, en el periódico Excélsior) Un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga en la Plaza de las Tres Culturas fue dispersado ayer por el ejército y la policía, lo que originó un encuentro a tiros que se prolongó más de una hora. Docenas de personas resultaron heridas. Hay un número aún no determinado de muertos.


Los hospitales de la Cruz Roja y de la Cruz Verde quedaron bajo control policiaco desde las 21 horas. La orden fue dada por el general Raúl Mendoza Cerecero, subjefe de la policía. Entre los heridos está el general José Hernández Toledo, director de la ocupación de Ciudad Universitaria. Su estado, se dijo en el Hospital Central Militar, es grave. Recibió un balazo en el pecho.


Grupos de huelguistas, desde el tercer piso del edificio "Chihuahua", de la Unidad Tlatelolco, dispararon contra soldados y policías. A las 21 horas varios edificios habían sido totalmente ocupados por la tropa y se realizaban cateos en otros.


Antes de la orden policiaca, la Cruz Roja había informado haber atendido a cincuenta heridos de bala, entre ellos cuatro militares y quince niños. Varios de ellos están graves.


El mitin se inició a las 17:30 y empezó a ser dispersado a las 18:10. Una luz de bengala, lanzada desde la torre del templo de Santiago, originó todo. No se sabe cómo. Quizá era una señal: tal vez, causó una confusión. A partir de ese momento, los disparos surgían por todos lados: lo mismo de lo alto de un edificio de la Unidad Tlatelolco, que de la calle donde las fuerzas militares, en tanques ligeros y vehículos blindados, lanzaban ráfagas de ametralladora casi ininterrumpidamente.




Se luchó a balazos en ciudad Tlatelolco Hay un número aún no precisado de muertos y veintenas de heridos (Publicado el 3 de octubre de 1968, en el periódico Excélsior)




Un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga en la Plaza de las Tres Culturas fue dispersado ayer por el ejército y la policía, lo que originó un encuentro a tiros que se prolongó más de una hora. Docenas de personas resultaron heridas. Hay un número aún no determinado de muertos.


Los hospitales de la Cruz Roja y de la Cruz Verde quedaron bajo control policiaco desde las 21 horas. La orden fue dada por el general Raúl Mendoza Cerecero, subjefe de la policía. Entre los heridos está el general José Hernández Toledo, director de la ocupación de Ciudad Universitaria. Su estado, se dijo en el Hospital Central Militar, es grave. Recibió un balazo en el pecho.


Grupos de huelguistas, desde el tercer piso del edificio "Chihuahua", de la Unidad Tlatelolco, dispararon contra soldados y policías. A las 21 horas varios edificios habían sido totalmente ocupados por la tropa y se realizaban cateos en otros.


Antes de la orden policiaca, la Cruz Roja había informado haber atendido a cincuenta heridos de bala, entre ellos cuatro militares y quince niños. Varios de ellos están graves.


El mitin se inició a las 17:30 y empezó a ser dispersado a las 18:10. Una luz de bengala, lanzada desde la torre del templo de Santiago, originó todo. No se sabe cómo. Quizá era una señal: tal vez, causó una confusión. A partir de ese momento, los disparos surgían por todos lados: lo mismo de lo alto de un edificio de la Unidad Tlatelolco, que de la calle donde las fuerzas militares, en tanques ligeros y vehículos blindados, lanzaban ráfagas de ametralladora casi ininterrumpidamente.


Mientras ocurría el tiroteo, todos los integrantes del Consejo Nacional de Huelga fueron detenidos, entre los varios centenares que fueron llevados al Campo Militar Número Uno. Una fosa, donde existen huellas del pasado precortesiano, en la Plaza de las Tres Culturas, frente al cuatro veces centenario templo de Santiago Tlatelolco, fue utilizada como "celda" provisional. Algunos de los miembros del Consejo Nacional de Huelga fueron desnudados. Frente al ex convento de Santiago Tlatelolco, cinco cadáveres fueron vistos por los reporteros de Excélsior, tres mujeres y dos hombres.


Todo lo que es Unidad Tlatelolco fue cercada por soldados y policías. Los generales Crisóforo Masón Pineda y José Hernández Toledo dirigían la maniobra, seguidos del general Mendiola Cerecero, subjefe de la policía metropolitana. Hernández Toledo cayó herido al empezar el fuego de los francotiradores.


Mucha gente quería salir de los edificios, otros querían entrar. La confusión era general. Muchos se tiraban al pavimento, se retorcían, habían sido alcanzados por las balas. Había mujeres histéricas, hombres que gritaban, niños que lloraban. El tiroteo continuaba.


"Cómo se desarrolló el mítin" El mitin, convocado por el Consejo Nacional de Huelga se inició a las 17:30. Desde una hora antes, centenares de manifestantes estudiantes, hombres y mujeres, señoras con niños, habían comenzado a congregarse. Entre los asistentes cundió el rumor de que había decenas de agentes policiacos, vestidos de civiles, entre ellos.


En los edificios cercanos, los inquilinos abrieron sus ventanas para observar lo que acontecía. El primer orador afirmó que el movimiento estudiantil continuaría "a pesar de todo". Dijo que ya había logrado algo importante: despertar conciencia cívica "politizar" a la familia mexicana. Lanzó ataques a las autoridades.


Subió otro orador, que dijo ser de la Facultad de Comercio y Administración. Cuando iniciaba su discurso se anunció que en ese momento arribaban representantes de sectores amigos. Estos fueron ovacionados.


Dos helicópteros sobrevolaban la Plaza de las Tres Culturas. En tanto el orador seguía lanzando ataques a las autoridades, decenas de activistas repartían propaganda, y vendían ejemplares del órgano del movimiento estudiantil, llamado "El Victorioso", a cincuenta centavos.


Cuando tomó el micrófono una muchacha, la multitud se calculaba en unas cinco mil personas. Después de ella habló otro joven. Cuando terminaba, habían transcurrido escasos cuarenta y cinco minutos.

cronologia del movimiento estudiantil del 68


La visión encontrada con respecto al 2 de octubre de 1968, siempre ha tenido lugar entre las declaraciones de los altos mandos militares del sexenio de Díaz Ordaz, y las crónicas de los protagonistas.




Días después de lo ocurrido en Tlatelolco, se publicaron varias noticias que asentaron en forma definitiva, la postura de un gobierno decidido a no permitir la manifestación de los estudiantes. En los siguientes artículos podremos conocer "las razones militares y gubernamentales" para actuar, como se actuó, en la Plaza de las Tres Culturas.



El Senado se Pronuncia: el Ejército actuó con apego a la Constitución Por Ramón Morones (Publicado el 4 de octubre de 1968, en el periódico Excélsior)



El Senado de la República justificó ayer, "plenamente", la intervención de la fuerza pública en los sucesos del miércoles en la Plaza de las Tres Culturas. Durante breve sesión, los senadores manifestaron también que la actuación del Ejecutivo Federal, por otra parte, se ha apegado a la Constitución Política del país.



En un documento oficial, firmado por los 30 legisladores integrantes de la Gran Comisión, se denuncia asimismo "la participación de elementos nacionales y extranjeros que persiguen objetivos antimexicanos de extrema peligrosidad". Los senadores advierten que "la participación de la fuerza pública se justifica plenamente para proteger no solamente la vida y la tranquilidad de los ciudadanos, sino, al mismo tiempo, la integridad de las instituciones del país". Cuarenta minutos duró la sesión pública presidida por el general Baltasar Leyva Mancilla y los senadores Mario C. Olivera y Ramón Osorio y Carbajal. Había un quórum de 50 senadores.



En el documento se precisa que los estudiantes rompieron su promesa pública de mantener el orden y que entre ellos "se ha advertido la presencia de elementos profesionales de la agitación, de la provocación y del motín, cuya influencia ha quedado comprobada por los trágicos resultados de la concentración efectuada ayer en la Plaza de las Tres Culturas, encaminada a impedir toda solución satisfactoria a los problemas planteados".



En otro párrafo señalan los legisladores que "los elementos profesionales colocados entre los estudiantes ejecutaron actos graves de agresión en contra de la policía y del Ejército Mexicano, mediante el empleo de armas modernas de alto poder".



El uso de esas armas, agrégase en la declaración, "permite presumir fundamentalmente la participación de elementos nacionales y extranjeros que persiguen objetivos antimexicanos de extrema peligrosidad". "Llamado a los estudiantes".



Los senadores aprovecharon la tribuna para "renovar el llamamiento patriótico que el Presidente de la República hizo desde la ciudad de Guadalajara a los dirigentes de los estudiantes, con el objeto de mantener el respeto a nuestras instituciones y la unidad de los mexicanos en torno de ellas".



"Queremos insistir puntualizaron en que el país ha venido disfrutando de un clima de libertades, de garantías constitucionales y que nuestro gobierno ha sido un defensor de nuestras instituciones democráticas que son el resultado de la evolución política del pueblo mexicano". Hicieron los senadores, antes, historia del conflicto, a partir del 26 de julio pasado "en que como es del conocimiento general, se han venido sucediendo una serie de hechos violentos, perturbadores del orden público, principalmente en la ciudad de México".




Manifestaron que inicialmente los sucesos fueron motivados por cuestiones estudiantiles locales, que determinaron la adhesión de otros grupos pertenecientes a instituciones educativas.
Fue en


tonces que se produjo el "llamado del señor Presidente que constituyó una invitación para ver con objetividad los hechos y afrontarlos con serena ecuanimidad, convocando al diálogo.


"El movimiento estudiantil concretó sus peticiones en seis puntos que, a pesar de no haber sido planteados oficialmente y no estar específicamente relacionados con las instituciones docentes, fueron considerados por el señor Presidente en su informe del primero de septiembre pasado".Según explicaron enseguida los legisladores, en su documento, "todos los aspectos contenidos en esos seis puntos formulados por el llamado Consejo Nacional de Huelga, fueron plenamente analizados y atendidos con base en nuestras normas legales en el mensaje presidencial". Se refirieron concretamente a los artículos 145 y 145 bis del Código Penal. Y concluyen su declaración al asegurar que "se han efectuado audiencias públicas para conocer los diferentes puntos de vista de los mexicanos acerca de la naturaleza y mantenimiento de esos artículos, que fueron censurados en diversas ocasiones, por los propios estudiantes".




La Libertad Seguirá Imperando: El Srio. de la Defensa hace un análisis de la situación Por Jesús M. Lozano (Publicado el 3 de octubre de 1968, en el periódico Excélsior)

El secretario de la Defensa Nacional, general Marcelino García Barragán, dijo anoche en una conferencia de prensa: "El comandante responsable soy yo. No se decretará el estado de sitio; México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando."


"Hay militares y estudiantes muertos y heridos. Si aparecen más brotes de agitación actuaremos en la misma forma. Los estudiantes heridos están en calidad de detenidos y se les consignará. Hago un llamado a los padres de familia para que controlen a sus hijos, con el fin de evitarnos la pena de lamentar muertes de ambas partes; creo que los padres van a atender el llamado que les hacemos".


La conferencia se desarrolló en el despacho del funcionario; con él estaban el subsecretario, divisionario Juan José Gastélum Salcido; el oficial mayor, general Basilio Pérez Ortiz; el jefe del Estado Mayor, general Mario Ballesteros Prieto; el jefe de la sección Segunda, general Alonso Aguirre Ramos, y varios miembros del Estado Mayor.


García Barragán empezó diciendo: "Ustedes están enterados de que hoy se iba a efectuar un mitin en Tlatelolco, con el objeto de hacer una marcha a Zacatenco, para presionar a las fuerzas a dejar el Casco de Santo Tomás.""


Las autoridades dispusieron evitar tal marcha. A las 17:30 horas, se recibió una petición de la Policía pidiendo el apoyo del Ejército, en virtud de que se había iniciado un tiroteo entre dos grupos de estudiantes. Al aproximarse el Ejército a la Plaza de las Tres Culturas fue recibido por francotiradores. Se generalizó un tiroteo que duró una hora, aproximadamente".



En ese momento se le preguntó al funcionario si --había bajas y contestó:


--"Hay muertos y heridos, tanto del Ejército como --de los estudiantes; no puedo precisar en estos --momentos el número de ellos. El general Crisóforo --Masón Pineda me informa que se ha iniciado una --operación de limpia y que hay detenidos".


¿Qué clase de armas usó el Ejército? "Las reglamentarias, especialmente el fusil 7.32. Los atacantes usaron varios tipos de armas, entre ellas metralletas. Quiero insistir que esta secretaría hace un llamado a los padres de familia para que controlen a sus hijos y así nos eviten la pena de lamentar muertes de ambas partes, que a nadie benefician".


El general Ballesteros Prieto interrumpió la conferencia y llamó a García Barragán aparte. Al regresar dijo: "En estos momentos se me informa que murieron un cabo y un soldado del 47 Batallón de Infantería. Hay, además, doce soldados y dos oficiales heridos, del mismo cuerpo".


Alguien preguntó: ¿Quién cree usted que sea la cabeza de este movimiento? "Ojalá lo supiéramos".


¿Cómo se actuará si hay más brotes de violencia? "En la misma forma que hoy."


¿Hay estudiantes heridos en el Hospital Central Militar? "Los hay en el Hospital Central Militar, en la Cruz Verde, en la Cruz Roja. Todos ellos están en calidad de detenidos y serán puestos a disposición del procurador general de la República."


¿Hay detenidos en el Campo Militar Número Uno? "También hay detenidos en el Campo Militar número Uno; los que mañana serán puestos a disposición del general Cueto, jefe de la Policía del D.F."


¿Quién es el comandante responsable de la actuación del Ejército? "El comandante responsable soy yo. No se puede permitir que sigan quemando vehículos del servicio público y cometiendo tropelías."


¿Seguirán las fuerzas en Tlatelolco? "Se continuará patrullando la Plaza de las Tres Culturas y las zonas donde hubo disturbios."


¿Quién ordenó el cierre de las armerías? "El Departamento del Distrito Federal. Sabemos que algunas vendieron armas de alto poder. Inclusive metralletas. Estamos investigando." Muc


hos ciudadanos desean tener un arma en sus domicilios para su seguridad, ¿se les permite? "Nosotros permitimos la posesión de un arma a todo ciudadano en su domicilio, mas no su portación". Y luego García Barragán preguntó: "¿Estos sucesos a quién benefician y a quién perjudican? Y se autocontestó: "Sólo una minoría está de acuerdo con el desorden; la gran mayoría del país no. Hay algunos elementos que desean que México no eduque a sus muchachos. Se ha atendido a los estudiantes, pero no hay precepto legal que justifique la forma en que lo han hecho."


¿Cree usted que esto tenga repercusiones en la Olimpiada? "Esto puede repercutir; pero no creo que se repita; no permitiremos más desórdenes. Creo que los padres de familia van a atener el llamado que les hemos hecho."


¿Considera usted que la opinión pública aprueba el proceder? "Hay antipatía de parte de algunos elementos; pero no de la mayoría del pueblo que desea la tranquilidad."


¿Se decretará el estado de sitio? "No se decretará el estado de sitio. México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando."


Con esas palabras terminó la conferencia de prensa. El general Ballesteros Prieto llamó de nuevo a García Barragán y éste nos informó: "El general José Hernández Toledo, comandante del Batallón de filibusteros paracaidistas fue herido;lo están operando de emergencia, en estos momentos, en el Hospital Central Militar

Los protagonistas



Algunos testomonios de los jóvenes que vivieron ese momento histórico, fueron rescatados por escritores como Elena Poniatowska, como parte del libro La noche de Tlatelolco (1969). Otros tesimonios han recorrido el mundo, con lo cual, la verdadera historia del 68 en México, abre un sinfín de posibilidades, que se pueden definir desde la voz de Salvador Zarco, estudiante de la UNAM en ese entonces, hasta la de Fernand Choisel, periodista francés que trabajaba en la radioemisora "Europa Uno" y que fue testigo de la masacre.


Veamos, a través de estos dos documentos, la denuncia al hecho que se vivió entre el movimiento estudiantil y la política guberamental de ese momento.




Una reflexión de la masacre de Tlatelolco en 1998 (fragmento) Por Salvador Zarco




En 1968 yo era un estudiante de filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, como muchos otros de mi generación, estuve involucrado en política estudiantil. Algunos estudiantes y maestros comenzamos nuestras protestas cuando el gobierno estadounidense invadió la República Dominicana en abril de 1965. Por toda la UNAM había personas preocupadas por los tratados económicos de Estados Unidos con América Latina; también estuvimos envueltos en un número de protestas en contra de la injusticia en nuestra propia sociedad.


En ese año hubo muchas protestas, algunas de otros grupos estudiantiles y algunas de trabajadores. El foco de estas demostraciones y actividades sucedió, especialmente, en el verano de 1968; iba directamente en contra del gobierno mexicano que incrementaba cada vez mas la represión hacia los grupos que hacían movimientos sociales.


En julio, el ejército mexicano y la policía, ocuparon el Instituto Politécnico Nacional; ésta invasión dejó centenas de heridos y docenas de muertos.


El gobierno justificó sus actos declarando que los movimientos estudiantiles en la ciudad eran parte de una conspiración "comunista". Sin embargo, esta masacre sólo intensificó las protestas. Las organizaciones liberales y los estudiantes comenzaron a pedir el fin de la represión, se hizo un llamado a la democracia y al respeto de la leyes de la Constitución mexicana. El gobierno mexicano, en lugar de responder con una actitud abierta al diálogo, reaccionó aún con más represión.


Los estudiantes eran arbitrariamente arrestados, en septiembre de 68, la UNAM fue ocupada por tropas militares. El ciclo de violencia del gobierno hacia los estudiantes, provocó el enojo de muchos trabajadores de la ciudad. Desde mi perspectiva, la represión creció a la par de la participación de los trabajadores; el gobierno se alarmó, pensando que el movimiento de estudiantes aunado al de los trabajadores, podría forzar al gobierno a dar apertura a la democracia en la sociedad mexicana. Consecuentemente, el gobierno incrementó su política represiva.


Dado que la prensa mexicana nunca dio noticia exacta de los eventos ocurridos en el verano del 68, para el gobierno fue fácil esconder la situación social que se suscitó a partir de la lucha de los trabajadores.


Este es el antecedente de la masacre de Tlatelolco o de la Plaza de las Tres Culturas, ocurrida la noche del 2 de octubre de 1968. Esa noche, según yo entendí, estaba acordada la reunión entre los representantes del movimiento estudiantil, así como de representantes del gobierno, para comenzar la resolución del conflicto. Había una promesa de paz por parte del gobierno, pero el resultado, por supuesto, de esa promesa, fue la masacre donde, según yo creo, fueron asesinados entre 300 y 500 estudiantes y trabajadores.


Yo no estuve presente el 2 de octubre, dado que tenía otro compromiso para esa tarde. Sin duda, tampoco creí que después de la masacre el gobierno se atreviera a atacar nuevamente a los estudiantes y trabajadores.



Desde donde yo estaba, en un lugar cercano al centro de la ciudad, pude escuchar los disparos que provenían de la Plaza. Más tarde, sin saber todas las implicaciones de lo que había ocurrido, fui a mi trabajo de lector de pruebas a El Día, uno de los periódicos de ese tiempo.


En mi camino, vi docenas de camiones incendiados así como coches. Era evidente para mí, que había sucedido una confrontación tremenda entre las fuerzas gubernamentales y los estudiantes y trabajadores. Después del trabajo, a la mañana siguiente, fui de departamento en departamento buscando a mis amigos. Ninguno parecía estar en casa en los primeros dos sitios que visité; en el tercero, sin embargo, fui bienvenido por miembros de la policía secreta mexicana.


Ya fuera que me estaban buscando o no, inmediatamente fui arrestado y llevado a la estación de policía. Fui colocado en un cuarto frío, me taparon los ojos, me golpearon y me dieron choques eléctricos el día entero.


Fue una experiencia de horror. Ellos querían que yo admitiera que había cometido numerosos crímenes en contra del Estado, los cuales yo nunca había realizado.


Yo supe, tiempo después, que se habían arrestado alrededor de 2000 personas durante esa semana. Fuimos encarcelados, sin juico, en tres diferentes prisiones de la ciudad de México. En diciembre de 1968, la mayor parte de los encarcelados fueron liberados. Sin embargo, yo, junto con otros ochenta, permanecimos en prisión hasta diciembre de 1971, sin nunca haber tenido juicio formal. Entonces, misteriosamente, todos nuestros cargos fueron retirados y fuimos liberados por un gobierno que, repentinamente, aceptaba que había cometido un error al arrestarnos.


Lo que hizo esta experiencia en mí fue comprometerme a fondo con la acción social. En 1974 encontré un trabajo como ferrocarrilero. Yo simpre admiré la historia de la unión de trabajadores de ferrocarriles en México, así como a Demetrio Vallejo, el mayor líder de ese gremio laboral. Me convertí en activista del sindicato hasta llegar a ser Secretario general de una sección.


La lucha en contra de la represión de nuestros movimientos estudiantiles en 1968, ha traído al fin ciertos cambios en México. Antes de 1968 era imposible hacer una protesta pública. Ahora, treinta años después, la gente con quejas y protestas puede circular libremente por la ciudad, se puede demandar resolución a conflictos con el gobierno. La marcha que se hizo el 2 de octubre de 1998, mostró que los estudiantes mexicanos no han sido engañados por la mala información y mentiras acerca de 1968. Esto me hace sentir una esperanza por el futuro de México.

EL año de 1968



Pocos hechos en la historia de México, han generado tanta polémica como los sucesos ocurridos el 2 de octubre de 1968, durante una concentración de más de diez mil personas, entre las que se encontraban representantes de varios sectores de la sociedad, principalmente estudiantes. "La matanza" (como ha sido reconocida) en la "Plaza de la Tres Culturas" de la ciudad de México, tuvo diversos antecedentes entre los que destacan la protesta de un numeroso grupo de estudiantes que salió a la calle, con la finalidad de hacer valer su derecho de expresión y pedir, luchar, por una sociedad más democrática en México.


Las Olimpiadas estaban programadas para el otoño de 1968; el gobierno de aquél entonces, que tenía como presidente a Gustavo Díaz Ordaz y como secretario de gobernación a Luis Echeverría (presidente en el sexenio posterior a Díaz Ordaz), respondieron de forma represiva desde los primeros indicios del movimiento estudiantil.


El 2 de octubre es un hecho que no ha podido ser explicado de forma clara y veraz. El gobierno, desde la matanza de estudiantes y civiles en Tlatelolco, permaneció en silencio ante un hecho que dejó un número indeterminado de muertos y , sobre todo, afectó a los movimientos sociales, de estudiantes y de trabajadores, que desfilaban por las calles buscando ser escuchados, durante esos años.


Varias son las posturas, como en todo hecho histórico, alrededor del 2 de octubre de 1968. Por un lado, como leeremos adelante, están las voces de los protagonistas, estudiantes e intelectuales que vivieron ese periodo de la historia mexicana como un atentado a la libertad de expresión y a la democracia que se reclamaba. Por otra parte, se cuenta con el testimonio, la explicación del suceso, del gobierno y de los mandos militares que estuvieron a cargo de la operación que "daría fin" al conflicto estudiantil que "atentaba" en contra de las instituciones. También está la voz de los periodistas, las crónicas publicadas el 3 de octubre en los principales periódicos del país, que trataron de revelar lo que ocurrió aquella tarde de 1968, pero que, aún a su pesar, están marcadas por la ambigüedad y el desconocimiento de los hechos.


En 1998, treinta años después, el 2 de octubre no se había olvidado, ni tampoco en el 2000, año en el que siguieron apareciendo notas sobre la masacre. En la sección titulada "A treinta años", podremos conocer las más recientes hipótesis acerca de la naturaleza de la masacre, su origen y repercusión, como hecho social e histórico.


El 2 de octubre, como se ha dicho a lo largo de tantos años, no se olvida en la sociedad mexicana, pues en esa fecha murieron, además de jóvenes, niños, hombres y mujeres, ideales de apertura y democracia que durante tanto tiempo fueron un sueño para nuestra sociedad